Condiciones de Verdad


El objetivo central de las teorías de las condiciones de verdad es explicar la relación entre dos conceptos filosóficos fundamentales de la filosofía del lenguaje: significado y verdad. No hay nada controversial en decir que algunos enunciados son verdaderos y otros falsas y que la diferencia depende no sólo de cómo son las cosas según lo dice el enunciado, pero también de qué es lo que dice el enunciado, es decir, de su significado.Es claro que, por ejemplo, el enunciado “Marichuy Martínez nació en Tuxpan” es verdadero pero podría haber sido falso, o bien porque los hechos relevantes pudieron haber sido distintos o porque el enunciado mismo pudo haber significado algo distinto;  Marichuy Martínez pudo haber nacido en otro lado, así como el nombre “Marichuy Martínez” pudo haber referido a otra persona, y el nombre “Tuxpán” a otro lugar. Si yo me hubiera llamado “Marichuy Martínez” y la capital de Uruguay se llamará “Tuxpan” entonces el enunciado “Marichuy Martínez nació en Tuxpan” sería falso, porque yo no nací en Montevideo, aunque Marichuy Martínez sí nació en Tuxpan. Esta íntima relación entre verdad y significado puede resumirse en el siguiente principio:

Es imposible que dos enunciados que significan lo mismo sean uno verdadero y el otro no.

Por ejemplo, dado que los enunciados “The TV is on” y “La televisión está encendida” significan lo mismo en diferentes idiomas, no hay situación alguna en la cual el primer enunciado pueda ser verdadero y el segundo falso.

De este principio básico se sigue que por lo menos parte del significado de un enunciado está íntimamente ligado a las condiciones bajo las cuales dicho enunciado es o no verdadero, lo que comúnmente se conocen como sus “condiciones de verdad”.

Digo que las condiciones de verdad corresponden con parte del significado porque se suele pensar que el significado de un enunciado es mas rico y qué hay aspectos del significado de un enunciado que no tienen nada que ver con su verdad o falsedad. Por ejemplo, los siguientes dos pares de enunciados significan cosas distintas y, sin embargo, prima facie, no es posible que uno sea verdadero y el otro no, es decir, comparten las mismas condiciones de verdad:

  1. La policía ha llegado.
  2. ¡Chin, ya llegó la tira!

  3. 3+4=7
  4. Las moléculas de agua contienen atomos de hidrógeno

En el primer caso, si el primer enunciado es verdadero, el segundo también lo es, y vice versa, y sin embargo, es claro que hay algo más en el significado de (2) que hace que no se use de la misma manera que (1). En el segundo caso, como ambos enunciados son necesarios no hay manera que alguno de ellos sea verdadero y el otro no; sin embargo, (3) y (4) patentemente no tratan sobre lo mismo: el primero trata sobre números y el segundo sobre la composición física del agua. En ambos casos tenemos enunciados que comparten las mismas condiciones de verdad, pero no tienen el mismo significado.

Intuitivamente, las condiciones de verdad de un enunciado son aquello que es necesario que sea el caso para que el enunciado sea verdadero. Son condiciones que el mundo debe satisfacer para hacer al enunciado verdadero. Por ejemplo, para que el enunciado “El arroz ya está listo para comer” sea verdadero es necesario que en el mundo exista el arroz al que se refiere el enunciado y que éste se encuentre en un estado listo para comer. En los últimos siglos se han desarrollado varias técnicas para especificar las condiciones de verdad de los enunciados. Las mas comunes son las así llamadas semánticas de mundos posibles. La idea básica detrás de este tipo de semánticas es que, dado un enunciado contingente cualquiera, hay muchas maneras en que el mundo pudo haber sido. En unas de ellas el enunciado será verdadero y en otras no. Será verdadero en aquellas en que se satisfacen sus condiciones de verdad y sólo en ellas. Por lo tanto, podemos identificar las condiciones de verdad de un enucnado con aquello que tienen en común todas las maneras posibles en que el mundo pudo ser en las que el enunciado en cuestión es verdadero.
Pongamos un ejemplo. Consideremos el enunciado “Estoy desayunando” emitido por mí esta mañana. De hecho, estoy desayunando y por ello, tal y como son de hecho las cosas, el enunciado es verdadero. Sin embargo, el mundo pudo haber sido distinto. Podría haberme levantado mas temprano y ya haber desayunado, o pude haber seguido dormido o, para considerar una posibilidad mas remota, ¡pude no haber nacido! Si el mundo hubiera sido de cualquiera de estas maneras, el enunciado tal y cómo éste de hecho significa hubiera sido falso. Pero también hay maneras en las que el mundo pudo haber sido distinto de cómo hecho es y en las cuales el enunciado hubiera seguido siendo verdadero. Por ejemplo, el mundo pudo haber sido igua a cómo de hecho es excepto porque no hubiera orquídeas púrpuras, como de hecho hay. En ese caso, tal diferencia no afectaría el hecho de que yo estaría desayunando y el enunciado seguiría siendo verdadero. Igualmente si yo me hubiera puesto una playera distinta o si el dólar hubiera bajado unos centavos entre ayer y hoy. Estos aspectos del mundo no afectan la verdad del enunciado, presumiblemente porque el enunciado no trata sobre ellos. Hay muchas maneras en las que el mundo pudo haber sido en las cuales muchas o pocas cosas habrían cambiado y yo podría, aun así, estar desayunando en ese momento. En todas ellas, el enunciado “Estoy desayunando” tal y cómo éste de hecho significa cuando yo lo emito en este momento sería verdadero. A decir verdad, si consideramos todas las maneras en las que el mundo pudo haber sido y en las cuales el enunciado seguiría siendo verdadero, lo único que tendrían en común (además de condiciones metafísicas generales sobre todas ellas siendo maneras posibles de ser del mundo) es que en todas ellas yo estoy desayunando. Por eso, podemos identificar las condiciones que tiene que satisfacer el mundo para que este enunciado sea verdadero con aquello que tienen en común todas las maneras posibles de ser del mundo en las cuales el enunciado es verdadero. 

Si bien he hablado sólo de las condiciones de verdad de enunciados, en tanto son éstos los que pueden ser verdaderos o falsos (pero véase Stainton 2006 y Barceló 2011), las teorías de condiciones de verdad pueden extenderse para decir algo no sólo sobre los enunciados sino también sobre las palabras que los componen. Suele pensarse que si un enunciado tiene ciertas condiciones de verdad en virtud de su significado y éste a su vez está íntimamente ligado al significado de las palabras y frases de las que está compuesto, entonces parte del significado de una palabra estará a su vez íntimamente ligado con la manera en que éste afecta las condiciones de verdad de los enunciados en los que ocurre. Sin embargo, mientras que contamos con teorías muy sofisticadas de las condiciones de verdad de los enunciados desde hace mucho tiempo, ha sido una tarea harto difícil desarrollar teorías rigurosas sobre la manera en que las palabras contribuyen a las condiciones de verdad de los enunciados de los que forman parte. Basta pensar en el trabajo de Kripke sobre designadores rígidos y términos de clase natural para darse cuenta de lo difícil que es determinar cómo encajan estas expresiones en una teoría sistemática de condiciones de verdad.


Comentarios

  1. "Condiciones de verdad" Si la verdad es ¡identificar al ser con su existencia en evolución! en el título se implica preguntar sobre "las condiciones que identifican" cada uno de los momentos del proceso cognitivo. desde el "nous" hasta el "logos"... desde la "simplex aprehentio" sensorial e intuitiva al tratamiento inferencial de la abstracción racional (que la matemática llama cálculo) sin reducciones analíticas de los procesos semánticos sintetizados pues la realidad nos muestra calidades y cantidades indiferenciadas existencialmente, lo que hace obligatoria la comprensión y la extensión lógica de la construcción conceptual.

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